El análisis de suelos es una herramienta de gran utilidad para diagnosticar problemas nutricionales y establecer recomendaciones de fertilización. Entre sus ventajas se destaca por ser un método rápido y de bajo costo, que le permite ser utilizado ampliamente por agricultores y empresas. La interpretación de los análisis se basa en estudios de correlación y calibración con la respuesta de las plantas a la aplicación de una cantidad dada del nutriente. El análisis de suelos está basado en la teoría de que existe un “nivel crítico” en relación al procedimiento analítico utilizado y a la respuesta del cultivo cuando se aplica un determinado nutriente. Cuando el nivel de un nutriente se encuentra debajo o por encima del nivel crítico, el crecimiento de la planta se verá afectado en forma negativa o positiva según dicha concentración.

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¿Cómo hacer el muestreo de suelos?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que la muestra debe ser representativa y para ello será necesario seleccionar parcelas uniformes, es decir, comprobaremos que las características del terreno son uniformes, así como el manejo del suelo, la orografía, etc. Es recomendable que la toma de muestra no se haga de forma inmediata al abonado.

Para asegurarnos que la muestra es representativa se tomarán entre 10 a 15 submuestras (de unos 100 gr. cada una) en diversos puntos siguiendo un diseño del tipo que aparece en la imagen:
 


Para cultivos herbáceos la muestra se tomará a una profundidad de 0 a 30 cm. Para cultivos leñosos es recomendable tomar dos muestras, una de 0 a 30 cm de profundidad (suelo) y otra de 30 a 60 cm (subsuelo). Esto facilitara la interpretación de los resultados y con ello las pautas a seguir.

En caso de no disponer de barrena específica para la toma de muestras, las muestras se pueden extraer con una pala, si el terreno lo permite. En este caso debe hacerse un hoyo en forma de V, a fin de extraer una lámina de suelo hasta la profundidad señalada, eliminando el material colectado de los bordes de la pala dejando solo la parte central, para evitar posibles contaminaciones. Puede ser útil también disponer una bandeja en la base de cada nivel (0-30 cm y 30-60 cm) del que tomaremos la muestra y con una espátula, azada u otra herramienta desprender una lámina de la pared de unos 2-3 cm de ancho recogiéndola en la bandeja.
 


Hay que mezclar bien todas las submuestras y enviar al laboratorio entre 1,5 y 2 kg. No se deben dejar las muestras al sol ni exponerlas a altas temperaturas. La muestra de suelo debe llegar al laboratorio en una bolsa de plástico con los correspondientes datos identificativos.